El apóstol
Pablo, en la corrección de los desórdenes en el culto
público, escribe sobre los dones, preparando el terreno para
hacer las advertencias solemnes y prácticas, reglamentando
el uso de los mismos en la congregación. Recordó en el
escrito que los dones son dádivas de la gracia, otorgadas
soberanamente para la edificación del cuerpo de Cristo, que
es la Iglesia. En esta enseñanza doctrinal, cualquier
manifestación orgullosa queda derribada, ya que los dones no
se dan en base a alguna cualidad del creyente, sino en razón
de la soberanía y sabiduría divinas (12:11). La exhibición
de los dones era una acción incorrecta que había de ser
corregida.
Antes de establecer algunas normas sobre el culto público y
el ejercicio de los dones en el mismo, que será considerado
en el siguiente estudio, Pablo presenta "el camino más
excelente", conque cerró la parte anterior. Pudiera parecer
un paréntesis que se intercala en la carta, sin embargo debe
considerarse como un todo dentro del contexto general de la
enseñanza que está tratando Pablo. Algunos piensan que está
enseñando sobre como ha de ser el ministerio de los dones,
con amor, pero el uso de "hodos", camino, en lugar de
"tropos", manera, junto con la afirmación de 14:1, hace
pensar que Pablo está interesado en señalar un camino
superior al de la búsqueda y ostentación de los dones
espirituales.
El amor es superior a todos los dones, incluyendo aquellos
que pudieran parecer más elevados. Por ello inicia la
enseñanza considerándolo superior a los dones de lenguas,
profecía, conocimiento y milagros (vv.1-2). Cualquier obra
que el creyente realice, fuera del impulso del amor de Dios,
no tiene valor alguno (v.3). Pablo muestra la superioridad
del amor sobre los dones, por su propia condición y por su
perpetuidad. Por el amor se expresan las virtudes cristianas
más excelentes (vv.4-7). El amor perdura cuando los dones se
extingan. Todos ellos fueron dados para esta dispensación,
mientras que el amor se proyecta hasta la eternidad (v.8).
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