1.
Conocer las
características propias de la vida de comunión con Dios.
2. Entender las exigencias que demanda la vida de
comunión con Dios.
3.
Comprender que la vida cristiana identifica en conducta a
los hijos con el carácter del Padre.
4.
Considerar que el creyente debe vivir en la esfera del
amor, como modo natural de la vida cristiana.
5. Aplicar la enseñanza a la vida personal.
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