BOSQUEJO DEL ESTUDIO

 
2ª TIMOTEO 1:1-18
UN LLAMADO A LA FIDELIDAD
 

1. Saludo (1:1-2)

1.1. El autor (1:1)

1.2. El destinatario y el saludo (1:2)

2. Acción de gracias por Timoteo (1:3-5)

2.1. La gratitud de Pablo (1:3)

2.2. Deseo y recuerdo (1:4)

2.3. Un hombre de fe (1:5)

3. La responsabilidad de Timoteo en cuanto a la doctrina (1:6-18)

3.1. Un consejo (1:6)

3.2. El espíritu del siervo de Dios (1:7)

3.3. El deber de soportar las pruebas (1:8-12)

3.4. La necesidad de retener la doctrina (1:13-14)

3.5. Ejemplos de lealtad y oposición (1:15-18)

  

AVISO IMPORTANTE

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A. INTRODUCCIÓN


La Segunda Epístola de Pablo a Timoteo, tiene el carácter propio de un escrito apostólico, con la sensibilidad de una situación personal en la que Pablo está esperando la ejecución de la sentencia condenatoria y con ello, el final de su vida. Hay sentimientos propios de un prisionero y de un anciano en años. La soledad de la celda, la separación de los amigos, el frío físico que afecta el cuerpo, la expectativa de la ejecución inminente. Todo ello rodea el contenido de la carta, pero, sin embargo, la enseñanza de un padre espiritual a su hijo en Cristo, destaca en todo el contenido del presente capítulo y de los siguientes. Pablo desea que en medio de las dificultades, contrariedades, ataques a la obra, falsas enseñanzas, y abandono de la fe, Timoteo sea diferente. Dos palabras pequeñas, que aparecen cuatro veces pero tú (2:1; 3:10, 14; 4:5), ponen de manifiesto el deseo de Pablo en relación con el comportamiento de Timoteo. Para llegar a esta demanda de compromiso, inicia la carta recordándole los ejemplos de fe que tuvo en su propia familia, tanto por parte de su madre, como de su abuela. Un hombre de fe no debe ceder a las presiones externas, ni conformarse a una determinada forma de vida, sino mantenerse en la fidelidad a la verdad expresada por Dios en su Palabra. Quien escribe sobre todo esto es Pablo, el apóstol, desde la prisión en Roma (v. 8). Probablemente en la prisión Mamertina. Por su parte, Timoteo tenía que afrontar una posición de responsabilidad en el liderazgo cristiano. Pablo sentía profundo afecto por Timoteo a quien llamaba "mi hijo amado y fiel en el Señor" (1 Co. 4:17).  Este hermano era también su colaborador (1 Ts. 3:2). Este colaborador asociado era considerado por el apóstol como algo muy especial. Probablemente el carácter de Timoteo no tenía la firmeza del de Tito, capaz de enfrentarse con cualquier problema sin titubeos. Pablo lo conocía bien, por tanto, le exhorta a que supere su timidez natural para mostrar la bravura propia de un soldado de Jesucristo. Por otro lado, la doctrina apostólica estaba sufriendo diversas contradicciones. Algunos habían abandonado la pureza de ciertos principios bíblicos. En esa situación Timoteo debía mantener fidelidad a lo que había oído del apóstol. En medio de las exhortaciones, Pablo desea comunicar a su amigo y colaborador algo de su situación personal. Era un hombre solo en la prisión. Los creyentes de Asia no habían comparecido en su defensa en el juicio. Sin embargo, había alguno que se esforzó hasta localizarlo en la prisión. Todos estos sentimientos rodean la enseñanza y la exhortación, y hacen de la epístola y del pasaje que se considera, algo único, sólido en materia y a la vez sensible en cuanto a sentimientos.

La división para el estudio del pasaje se puede establecer así: 1) El saludo (vv. 1-2). 2) Las expresiones de gratitud a Timoteo por su afecto y el recuerdo de su familia (vv. 3-7). 3) Una apelación a la firmeza necesaria en el ejercicio del liderazgo (vv. 8-12).  Y, finalmente, el llamado a la fidelidad, junto con algún informe personal (vv. 13-18).