| La Segunda Epístola de Pablo a Timoteo, tiene el carácter 
                    propio de un escrito apostólico, con la sensibilidad de una 
                    situación personal en la que Pablo está esperando la 
                    ejecución de la sentencia condenatoria y con ello, el final 
                    de su vida. Hay sentimientos propios de un prisionero y de 
                    un anciano en años. La soledad de la celda, la separación de 
                    los amigos, el frío físico que afecta el cuerpo, la 
                    expectativa de la ejecución inminente. Todo ello rodea el 
                    contenido de la carta, pero, sin embargo, la enseñanza de un 
                    padre espiritual a su hijo en Cristo, destaca en todo el 
                    contenido del presente capítulo y de los siguientes. Pablo 
                    desea que en medio de las dificultades, contrariedades, 
                    ataques a la obra, falsas enseñanzas, y abandono de la fe, 
                    Timoteo sea diferente. Dos palabras pequeñas, que aparecen 
                    cuatro veces pero tú (2:1; 3:10, 14; 4:5), ponen de 
                    manifiesto el deseo de Pablo en relación con el 
                    comportamiento de Timoteo. Para llegar a esta demanda de 
                    compromiso, inicia la carta recordándole los ejemplos de fe 
                    que tuvo en su propia familia, tanto por parte de su madre, 
                    como de su abuela. Un hombre de fe no debe ceder a las 
                    presiones externas, ni conformarse a una determinada forma 
                    de vida, sino mantenerse en la fidelidad a la verdad 
                    expresada por Dios en su Palabra. Quien escribe sobre todo 
                    esto es Pablo, el apóstol, desde la prisión en Roma (v. 8). 
                    Probablemente en la prisión Mamertina. Por su parte, Timoteo 
                    tenía que afrontar una posición de responsabilidad en el 
                    liderazgo cristiano. Pablo sentía profundo afecto por 
                    Timoteo a quien llamaba "mi hijo amado y fiel en el Señor" 
                    (1 Co. 4:17).  Este hermano era también su colaborador (1 Ts. 
                    3:2). Este colaborador asociado era considerado por el 
                    apóstol como algo muy especial. Probablemente el carácter de 
                    Timoteo no tenía la firmeza del de Tito, capaz de 
                    enfrentarse con cualquier problema sin titubeos. Pablo lo 
                    conocía bien, por tanto, le exhorta a que supere su timidez 
                    natural para mostrar la bravura propia de un soldado de 
                    Jesucristo. Por otro lado, la doctrina apostólica estaba 
                    sufriendo diversas contradicciones. Algunos habían 
                    abandonado la pureza de ciertos principios bíblicos. En esa 
                    situación Timoteo debía mantener fidelidad a lo que había 
                    oído del apóstol. En medio de las exhortaciones, Pablo desea 
                    comunicar a su amigo y colaborador algo de su situación 
                    personal. Era un hombre solo en la prisión. Los creyentes de 
                    Asia no habían comparecido en su defensa en el juicio. Sin 
                    embargo, había alguno que se esforzó hasta localizarlo en la 
                    prisión. Todos estos sentimientos rodean la enseñanza y la 
                    exhortación, y hacen de la epístola y del pasaje que se 
                    considera, algo único, sólido en materia y a la vez sensible 
                    en cuanto a sentimientos.
 
 La división para el estudio del pasaje se puede establecer 
                    así: 1) El saludo (vv. 1-2). 2) Las expresiones de gratitud 
                    a Timoteo por su afecto y el recuerdo de su familia (vv. 
                    3-7). 3) Una apelación a la firmeza necesaria en el 
                    ejercicio del liderazgo (vv. 8-12).  Y, finalmente, el 
                    llamado a la fidelidad, junto con algún informe personal (vv. 
                    13-18).
 
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