BOSQUEJO DEL ESTUDIO

 
2ª TIMOTEO 4:1-22
DEMANDAS Y DESPEDIDA
 

6. La responsabilidad de predicar la doctrina (4:1-5)

6.1. El encargo solemne a Timoteo (4:1-2)

6.2. La advertencia sobre la oposición a la doctrina (4:3-5)

7. Conclusión y saludos (4:6-22)

7.1. Testimonio de la situación íntima de Pablo (4:6-8)

7.2. Peticiones al amigo (4:9-15)

7.3. Informe de la situación de Pablo (4:16-18)

7.4. Saludos y bendición (4:19-22)

  

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A. INTRODUCCIÓN


Con el pasaje que se estudia se alcanza el final de la epístola. Es, desde el punto de vista humano, un final de lo más impactante que salió de la pluma de Pablo. Son las últimas palabras escritas por el apóstol en un escrito inspirado. Posiblemente estén escritas unas semanas antes de su ejecución. Según la tradición de la iglesia, Pablo fue decapitado en la vía Ostia, en las afueras de la ciudad de Roma. De este modo concluía el ministerio del apóstol que había trabajado aproximadamente unos treinta años sin interrupciones, en la extensión del evangelio. Su ministerio fructífero dejaba establecidas iglesias en todo el mundo gentil. El mismo testificaba de haber llenado todo del evangelio de Cristo (Ro. 15:19). Los padecimientos y aflicciones que rodearon su ministerio, sirven de ejemplo a las siguientes generaciones de cristianos, como estímulo al compromiso en la carrera de la fe. Era un siervo de Cristo que había completado el programa propuesto para su carrera y había guardado la fe (v. 7). Todo el pasaje está rodeado de una atmósfera solemne, imposible de que al leerlo no surjan profundas emociones ante una situación semejante. Sin embargo, como en un último deseo por dejar asegurado en Timoteo el compromiso de fidelidad con la doctrina, con palabras solemnes y mediante cinco tajantes imperativos, seguidos de otros cuatro más suaves,  conjura a su amigo para que se entregue al ministerio de la enseñanza y predicación de la Palabra. La advertencia que le había hecho, recogida en el capítulo anterior, sobre los tiempos peligrosos, se enfatiza, sin mencionarla, en el comienzo de este último. Aunque los tiempos difíciles alcanzarán situaciones críticas a medida que van pasando los años, no eran ya ajenos al momento en que Pablo escribía.  La apostasía en el futuro procede de una situación del presente. A los tiempos peligrosos  seguirán los de la apostasía, en los que muchos dejarán el interés por la Palabra negándose a obedecerla, en una decadencia de la vida de compromiso.  El apóstol demandó antes a Timoteo que se mantuviera firme, perseverante, en la doctrina; ahora lo conmina a que proclame la doctrina, sin importarle las situaciones de oposición que tenga que afrontar para ello. Hay un trasfondo de tristeza y, tal vez incluso de preocupación en Pablo, al sentir que su partida es inminente y que Timoteo quedaba solo, sin los recursos de la ayuda personal que le había brindado continuamente. No es que la fe de Pablo se debilitara, es la manifestación sicológica del alma humana, que aflora al exterior en las últimas palabras del apóstol.

Para el estudio, pude dividirse el capítulo de la siguiente forma: El encargo solemne a Timoteo para que predique la Palabra (vv. 1-2). La advertencia sobre la oposición a la doctrina (vv. 3-5). En el apartado de conclusión y saludos, comienza por el detalle de la situación íntima de Pablo (vv. 6-8). Luego las peticiones al amigo (vv. 9-15). Un breve informe sobre la situación de Pablo en la prisión (vv. 16-18). Finalmente el saludo y la bendición (vv. 19-22).