BOSQUEJO DEL ESTUDIO


APOCALIPSIS 1:9-20
INTRODUCCIÓN
 

II. LAS COSAS QUE HAS VISTO (1:9-20)

3. Circunstancias de la visión (1:9-11)

3.1. Destierro y razones.

3.2. La experiencia del apóstol (1:10)

3.3. La voz que hablaba con Juan (1:11)

4. Contenido de la visión (1:12-16)

4.1. La acción y la visión (1:12)

4.2. La visión del Señor (1:13)

4.3. El aspecto del Señor (1:14-15)

4.4. Otros aspectos de la presencia del señor (1:16)

5. Consecuencias dela visión (1:17-20)

5.1. Reacción, acción y aliento (1:18b)

5.2. Las razones para no temer (1:17b-18)

5.3. El mandato para escribir (1:19)

5.4. La interpretación del Señor (1:20)

  

AVISO IMPORTANTE

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A. INTRODUCCIÓN


La revelación que está recibiendo Juan, comienza por una visión admirable de la gloriosa persona de Jesucristo. Es un cuadro majestuoso del Señor, descorriendo el velo que lo oculta físicamente a los ojos del creyente para darle una panorámica sublime de la gloria del Resucitado. Quien ha hecho visible a Dios entre los hombres (Jn. 1:17), sigue ofreciendo la dimensión de la deidad por medio de la visión dada a Juan. El Señor aparece vinculado a la deidad, formando una unidad en el seno trinitario, en unión al Padre y al Espíritu. Él es el Señor que tiene el nombre de autoridad suprema y que rige la historia y el universo. Este admirable Dios manifestado en carne que aparece rodeado de gloria y poder, se presenta como el que va a intervenir en el futuro del mundo de los hombres, en un tiempo conocido como el Día del Señor. En ese tiempo el Salvador actuará especialmente como Juez. Daniel recibió la revelación de la actuación de Dios en la historia humana como la intervención de uno como Hijo de hombre, y Anciano de días. Esa misma revelación se hace extensiva a Juan, identificados ambos en Jesucristo. Los distintos aspectos de la persona, su rostro, manos y pies, ofrecen la preparación para una visión sobre la intervención judicial de Dios. Sin embargo, este admirable Dios, dispuesto a juzgar al mundo por su pecado, se hace íntimo para el creyente. Su mano redentora y poderosa descansa sobre el cristiano en medio de las pruebas, como ocurrió con Juan, para producir el aliento necesario y la ayuda en la tribulación. Su mano sustenta la iglesia y el ministerio de los creyentes, por tanto, la visión introductoria abre un camino de aliento en medio de las circunstancias que rodean el resto de la revelación.

El pasaje se divide muy sencillamente en cuatro partes, dentro de la sección que comprende las cosas que has visto (1:9-20). Primeramente se presentan las circunstancias personales de Juan al recibir la visión (vv. 9-11). Seguidamente se da el contenido general de la visión (vv. 12-16). Y, por último, las consecuencias que deben producir esa visión en la vida del cristiano (vv. 17-20).