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Pablo esta dando argumentos en la defensa de su apostolado y
del evangelio que predica, frente a las insinuaciones y
enseñanzas de los judaizantes. El párrafo que se considera
complementa el anterior en introduce el quinto argumento
sobre la realidad de su apostolado y ministerio, en el
sentido de que los apóstoles en Jerusalén estuvieron de
acuerdo con el mensaje que predicaba. Algunos pensaban que
tanto la iglesia como los apóstoles que residían en
Jerusalén eran los principales entre toda la cristiandad.
Por esa razón los judaizantes minimizaban a Pablo y su
mensaje como quien no procedía ni tenía relación con los
hombres importantes de la iglesia en Jerusalén. El apóstol
sale al paso de tales proposiciones detallando el viaje que
hizo allí y el modo como fue recibido, junto con Bernabé,
por los apóstoles. El párrafo comprende las siguientes
divisiones: La defensa del evangelio que Pablo predicaba,
como un mensaje correcto (vv. 1-6); el reconocimiento que
los apóstoles hicieron de su apostolado (vv. 7-9);
finalmente la petición apostólica y el cumplimiento que
Pablo dio a ella (v. 10).
El párrafo presenta un problema histórico en relación con el
viaje que Pablo cita y su correlación con el relato de
Hechos. Esto se ha considerado ya en la introducción a la
epístola. Las opciones son principalmente dos: Si se debe
identificar con el viaje para llevar la ayuda a los pobres
de Jerusalén (Hch. 11), o si por el contrario debe situarse
como el viaje para el concilio que resolvería la enseñanza
judaizante a las iglesias (Hch. 15). Es de suponer que en la
epístola Pablo no cita el viaje para llevar la ayuda a
Jerusalén y que se trata más bien de una narración sintética
y con un fin apologético más bien que histórico.
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